miércoles, 15 de junio de 2016

Un gran regalo que recibí.

Hace algún tiempo, mi papá me hizo un enorme regalo, quizá algunos digan, que bueno dinero, un auto o alguna otra cosa material, pero no es así me regaló un poema escrito por Rudyard Kipling, el cual no solo por el poema sino por lo que transmite, me ha dejado una marca indeleble con la cual trato de regir mi vida. Sin más les dejo una de las múltiples traducciones que se pueden encontrar en Internet, pero esta es la que más me agrada.

SI
Si puedes estar firme, cuando en tu derredor
todo mundo se ofusca y tacha tu entereza,
Si cuando todos dudan, fías en tu valor
y al mismo tiempo, sabes excusar su flaqueza.
Ni exaltas tu juicio, ni ostentas tu virtud.

Si puedes esperar y a tu afán poner brida,
o blanco de mentiras, esgrimir la verdad
Si sueñas, pero el sueño no se vuelve tu rey
Si piensas, pero el pensar no mengua tus ardores
Si el triunfo o el desastre no te imponen su ley
y los tratas lo mismo como a dos impostores,

Si puedes aguantar que tu frase sincera
sea trampa de necios en boca de malvados
o mirar hecha trizas, tu adorada quimera,
y tornar a forjarla con útiles mellados.

Si todas tus ganancias poniendo en un montón
las arriesgas osado en un golpe de azar,
y las pierdes. Y luego con bravo corazón,
sin hablar de tus pérdidas, vuelves a comenzar.

Si marchando con reyes del orgullo, has triunfado
Si entre la turba das a la virtud abrigo,
Si no pueden herirte ni amigo ni enemigo
Si eres odiado, pero al odio no le dejas cabida.
Si eres bueno con todos, pero no demasiado,

Si puedes mantener en la ruda pelea,
alerta el pensamiento y el músculo tirante
para emplearlos cuando en ti todo flaquea
menos la voluntad que te dice ¡Adelante!

Si puedes llenar los preciosos minutos
con sesenta segundos de combate bravío,
tuya es la tierra y todos sus codiciados frutos
y lo que más importa: ¡Serás hombre hijo mío!

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